Hace unos meses empecé 100% mi forma de comer crudivegana. Me sentía fatal porque no bajaba de peso, estaba obsesionada con ello. En los ultimos dos años había engordado 8 kilos.
Todo el mundo decía que bajaba mucho de peso comidendo crudo y yo sin embargo incluso estaba más hinchada. Lo dejé durante un tiempo porque me cambié de sitio de trabajo, de horario y me indiscipliné bastante. Empecé otra vez a desayunar café con bollos, a comer patatas fritas, etc. El resultado......me volví a sentir mal; otra vez dolor de estómago, pesadez y no me sentía bien ni física ni psicológicamente.
Decidí volver a intentarlo, pero esta vez sin echarme la bronca por nada, si no lo hacía al 100% no pasaba nada, no iba a centrarme en lo que hacía mal, sino en lo que estaba haciendo bien. Esta vez me iba a centrar en mis logros en vez de en mis fracasos.
Empecé a desayunar fruta en vez de el batido verde que no conseguía que me gustara. Me llevaba la fruta al trabajo y me la iba comiendo a lo largo de la mañana. Llevaba la fruta que más me gustaba, en este caso mandarinas. También algún que otro plátano por si pasaba hambre porque me sacian más. No miré ni cantidades, ni si me había comido una o 10 simplemente si tenía hambre comía y punto. Si a media mañana me apetecía un café mucho, mucho, me lo tomaba, pero ya había retirado los bollos. No me juzgué por seguir con el café, y dejó de apetecerme.
Al tercer día probé con un batido verde, el de pera y espinacas, me encantó y a la mañana siguiente me lo llevé junto con mis mandarinas. Me vió una directiva y me dijo "que es eso verde que tiene una pinta tan buena?" , "batido de espinacas y pera, está buenísimo" la contesté, y ella me dijo "uy que pinta más buena tiene, me encanta lo voy a probar". Me quedé alucinada!! alguien opinaba bien de mis batidos verdes y no me decía con cara de asco "que es eso?". Ahí me di cuenta de una cosa, lo que yo sentía por dentro estaba saliendo por fuera. Como yo estaba feliz con mi batido, una persona apreció mi batido. Lo que das lo recibes de vuelta.
Como voy a comer a casa de mi mami en donde dejo a mi perrita todos los días, la pedí que me hiciera ensaladas y no hay nada más bueno que las ensaladas de mami!!, y así he seguido.
Las cenas han sido o sopas verdes de las que ahora soy adicta, o cualquier cosa que me apeteciera, como spaguettis crudiveganos, rodajas de tomate con queso crudivegano, brócoli marinado, de todo menos ensaladas, porque si no se me hacía todo muy repetitivo y monótono.
Asi llevo una semana, y salvo una sopa de calabaza de mi mami cocinada y llena de amor, sigo con lo crudo. Puede que algún día me lo salte, pero será algún día. Y no pienso reñirme por ello.
Como ahora no estoy obsesionada con el peso sino con lo que me apetece, he bajado de volumen, de peso no lo sé porque no me he pesado, pero en general todo el mundo me ve más delgada, y solo llevo una semana.
A veces nos obsesionamos tanto que no nos dejamos disfrutar del camino y el resultado no es lo que esperábamos debido a nuestra obsesión. Yo ahora que lo disfruto es cuando estoy empezando a ver los resultados, así que si das un paso adelante y dos hacia atrás no te preocupes, hay veces que hay que perder para ganar, lo importante es ir aprendiendo de los errores e ir disfrutando del camino. El resultado final vendrá por si solo cuando menos te lo esperes y seguramente será mejor de lo que pensaste. Así que no te regañes nunca por lo que no consigas y felicitate por tus pequeños logros. Ya sabes nada de antipiropos ni malos rollos!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario